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    Usar "dictadura" en una oración

    dictadura oraciones de ejemplo

    dictadura


    1. Una dictadura ve en cada ciudadano un posible


    2. vivido bajo una dictadura


    3. Recién casados, la dictadura que se vislumbraba como un huracán en el


    4. No deja de ser significativo el hecho de que don Florentino fue un ferviente santanderista, íntimo amigo del Hombre de las Leyes y que, cuando la lucha política se polarizó entre los defensores y los opositores a la dictadura de Bolívar, no vaciló en formar parte del grupo de conspiradores el 25 de septiembre de 1828


    5. Según lo refiere el hombre de ciencia francés Lolo Boussingault, por aquel entonces residente en Bogotá, en sus Memorias, esos jóvenes atrevidos y fogosos fueron instigados por el enigmático doctor Arganil, quien además de la inquina que sentía por Bolívar, pudo haber servido como intermediario de Francia” para crear un ambiente propicio al establecimiento de una monarquía en Colombia, contando incluso con la aprobación de importantes personajes del país, que así pretendían encontrar una forma de gobierno más estable y segura que la dictadura de entonces


    6. integrarse a la dictadura visoauditiva de la escuela, bien sea porque


    7. 66 La conclusión a que lleva lo expuesto es bastante clara: el fuego de la tensión sociopolítica fue alimentado, en un caso, por la dictadura y, en el otro, por la crisis económica


    8. La lucha popular, que fue enfrentada por el Estado mediante la represión moderada y la integración oportuna, fue alimentada por la efíme-ra dictadura de los Tinoco (1917-1919) y la crisis de 1930


    9. _________, "Dictadura, verdad y tolerancia"


    10. rapidez, yendo de la mano con el proceso de democratización tras el fin de la dictadura

    11. durante la dictadura (1973-1985)


    12. Durante los primeros años de la transición desde la dictadura de Pinochet a la


    13. Después de la dictadura y los estados militares (desde 1947 hasta 1989), la situación se


    14. (…) uno de los episodios más trágicos tuvo lugar en 1959, durante la dictadura


    15. se le eliminó de la vida por su denuncia de los crímenes de la dictadura contra personas


    16. Los movimientos GLBTT hondureños, reaccionando contra la dictadura, se salen


    17. excesivo y la homofobia son rasgos de la dictadura que la colocan en un marco


    18. luchas contra la dictadura y la desigualdad social


    19. En el caso brasileño actual, en contraste con lo que sucedía durante la dictadura


    20. —Cesacion de la dictadura

    21. del robo, les aplicaba sincompasión la pena decretada por su dictadura revolucionaria


    22. El segundo conato de dictadura en Colombia fue el del general


    23. dictadura en casos raros y por términocorto fijo; y aun así, el uso de la dictadura


    24. civil de esta nación terminó en 1835 cuando Rosas asumió elpoder estableciendo una dictadura


    25. Pero, ¿ha sido siempre así? Vale la pena recordar, ahora, una experiencia que ocurrió en el país de Scolari, hace no más que veinte años, todavía en tiempos de la dictadura militar


    26. La dictadura atropelló los más elementales derechos de la persona humana


    27. Eran los años de la dictadura y San Antonio se debatía entre la pobreza y la represión


    28. Pensaba que la dictadura iba a ser eterna


    29. «La dictadura no logró aniquilar la iniciativa periodística


    30. Reprochaba que la lucha contra la dictadura se había quedado en las representaciones grises, que había que buscar más el color, la emoción del primer plano, la vida

    31. Fernando Vergara Vargas fue un artista del diseño gráfico que ejerció clandestinamente el periodismo y la radiodifusión durante los años en que los medios opositores fueron silenciados por la dictadura


    32. –¡Salud! amigos, por el fin de la dictadura


    33. El Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU), que preside la abogada Fabiola Letelier, en el estudio informe "La Gran Mentira: El Caso de las Listas de los 119" (Aproximaciones a la Guerra Psicológica de la Dictadura


    34. Por eso, luego de su muerte se especuló equívocamente con que la DINA lo había asesinado con el propósito de robarle los originales de un supuesto libro que estaba preparando, con una acusación amplia y fundada contra la dictadura


    35. Aunque Lucho Muñoz se movía sólo en el tema de la denuncia de las aberraciones de la dictadura militar chilena, a su regreso a la RDA tuvo problemas políticos, según cuenta su viuda, Olga Urrutia


    36. Con sus despachos periodísticos para la agencia Prensa Latina, Marcela Otero rompió el bloqueo informativo de la dictadura y puso a disposición del mundo un flujo de información no oficial sobre Chile


    37. Y allí estaban otra vez, gemelos e incombustibles, unidos en su última aventura pública por el vicio de la política, por los votos de los ciudadanos y por la normativa parlamentaria, jibarizados por el sistema político que habían armado a cuatro manos como si la historia quisiera fabricar con ellos una nueva figura: cinco años atrás cambiaban una dictadura por una democracia y ahora eran dos diputados prácticamente invisibles excepto como iconos fatigosos de una época que el país entero parecía impaciente por superar


    38. Esto es lo que esperaban los golpistas, y no era una esperanza infundada; que confiaran en la aprobación de la sociedad civil no significa sin embargo, insisto, que estuviesen dirigidos por civiles: aunque la ultraderecha clamaba por un golpe de estado, el 23 de febrero no existió una trama civil tras la trama militar o, si existió, quien la urdió no fue sólo la ultraderecha, sino también toda una clase dirigente inmadura, temeraria y ofuscada que, en medio de la apatía de una sociedad desengañada de la democracia o del funcionamiento de la democracia tras las ilusiones del final de la dictadura, creó las condiciones propicias para el golpe


    39. Aunque Milans y Gutiérrez Mellado se conocían desde hacía mucho tiempo, la animosidad de Milans no tenía un origen remoto; nació en cuanto Gutiérrez Mellado hubo aceptado integrarse en el primer gobierno de Suárez y creció a medida que el general se convertía en el aliado más fiel del presidente y trazaba y ponía en práctica un plan cuyo objetivo consistía en terminar con los privilegios de poder concedidos por la dictadura al ejército y en convertir a éste en un instrumento de la democracia: Milans no sólo se sintió personalmente postergado y humillado por la política de ascensos de Gutiérrez Mellado, quien hizo cuanto pudo por apartarlo de los primeros puestos de mando y ahorrarle así tentaciones golpistas; parapetado en sus ideas ultraconservadoras y en su devoción por Franco, también padeció como una injuria que Gutiérrez Mellado pretendiera desmantelar el ejército de la Victoria, al que él consideraba el único garante legítimo del legítimo estado ultraconservador fundado por Franco y en consecuencia la única institución capacitada para evitar otra guerra (como la ultraderecha, como la ultraizquierda, Milans era alérgico a la palabra reconciliación, a su juicio un simple eufemismo de la palabra traición: varios miembros de su familia habían sido asesinados durante la contienda, y Milans sentía que un presente digno no podía fundarse en el olvido del pasado, sino en su recuerdo permanente y en la prolongación del triunfo del franquismo sobre la república, lo que valía tanto para él como el triunfo de la civilización sobre la barbarie)


    40. Tejero estaba contra la democracia y contra la monarquía y su golpe quería ser en lo esencial un golpe similar en el fondo al golpe que en 1936 intentó derribar la república y provocó la guerra y después el franquismo; Milans estaba contra la democracia, pero no contra la monarquía, y su golpe quería ser en lo esencial un golpe similar en la forma y en el fondo al golpe que en 1923 derribó la monarquía parlamentaria e instauró la dictadura monárquica de Primo de Rivera, es decir un pronunciamiento militar llamado a devolverle al Rey los poderes que había entregado al sancionar la Constitución y, quizá tras una fase intermedia, a desembocar en una junta militar que sirviese de sustento a la Corona; por último, Armada no estaba contra la monarquía ni (al menos de manera frontal o explícita) contra la democracia, sino sólo contra la democracia de 1981 o contra la democracia de Adolfo Suárez, y en lo esencial su golpe quería ser un golpe similar en la forma al golpe que llevó a la presidencia de la república francesa al general De Gaulle en 1958 y en el fondo a una especie de golpe palaciego que debía permitirle desempeñar con más autoridad que nunca su antiguo papel de mano derecha del Rey, convirtiéndole en presidente de un gobierno de coalición o concentración o unidad con la misión de rebajar la democracia hasta convertirla en una semidemocracia o en un sucedáneo de democracia

    41. A finales de los años cuarenta o principios de los cincuenta, en una ciudad como Ávila, amurallada por la gazmoñería provinciana del nacionalcatolicismo, Adolfo Suárez encarnaba a la perfección el ideal juvenil de la dictadura: un muchacho de orden, católico, guapo, jovial, deportista, audaz y emprendedor, cuyas ambiciones políticas se hallaban cosidas a sus ambiciones sociales y económicas y cuya mentalidad de obediencia y sacristía ni siquiera imaginaba que nadie pudiera cuestionar los fundamentos y mecanismos del régimen, sino sólo servirse de ellos


    42. El asesinato de Carrero fue providencial para el país porque la desaparición del presidente del gobierno que debía preservar el franquismo facilitó el cambio de la dictadura a la democracia, pero, dado que con Carrero perdía a un protector poderoso, para Suárez pudo ser catastrófico; la muerte de Herrero Tejedor pudo ser aún peor: con ella se diría que Suárez quedaba definitivamente al raso, desprovisto también del amparo del hombre a cuya sombra había desarrollado casi toda su carrera política y que sólo tres meses antes del accidente lo había nombrado vicesecretario general del Movimiento


    43. Fue así como a lo largo de aquel primer año escaso de gobierno Suárez construyó los fundamentos de una democracia con los materiales de una dictadura a base de realizar con éxito operaciones insólitas, la más insólita de las cuales -y acaso la más esencial- suponía la liquidación del franquismo a manos de los propios franquistas


    44. Tal vez pensó que su partido era él, que el gobierno era él, que la democracia era él, porque él era el líder carismático que había terminado en once meses y de forma pacífica con cuarenta años de dictadura mediante una operación inédita en la historia


    45. Es cierto que no se hizo del todo justicia, que no se restauró la legitimidad republicana conculcada por el franquismo ni se juzgó a los responsables de la dictadura ni se resarció a fondo y de inmediato a sus víctimas, pero también es cierto que a cambio de ello se construyó una democracia que hubiese sido imposible construir si el objetivo prioritario no hubiese sido fabricar el futuro sino -Fíat íustítía et pereat mundus- enmendar el pasado: el 23 de febrero de 1981, cuando parecía que el sistema de libertades ya no peligraba tras cuatro años de gobierno democrático, el ejército intentó un golpe de estado que a punto estuvo de triunfar, así que es fácil imaginar cuánto tiempo hubiera durado la democracia si cuatro años antes, cuando apenas arrancaba, un gobierno hubiera decidido hacer del todo justicia, aunque pereciera el mundo


    46. Por lo demás, afirmar que el sistema político surgido de aquellos años no es una democracia perfecta es incurrir en la perogrullada: tal vez exista la dictadura perfecta -todas aspiran a serlo, de algún modo todas sienten que lo son-, pero no existe la democracia perfecta, porque lo que define a una democracia de verdad es su carácter flexible, abierto, maleable -es decir, permanentemente mejorable-, de forma que la única democracia perfecta es la que es perfectible hasta el infinito


    47. Pudo haberlo sido: la prueba es que a mediados de los setenta muchos de los más lúcidos analistas extranjeros auguraban una salida catastrófica de la dictadura; quizá la mejor prueba es el 23 de febrero


    48. Católico especial, de esos que nuestra Santa Inquisición hubiera condenado, en otro tiempo, y varias veces, a las llamas purificadoras de la hoguera; enemigo de la dictadura reinante, zaherida por él en puntiagudos aforismos, en raras piezas teatrales, imposibles de representar


    49. El país siempre había vivido bajo una dictadura basada en mantener a la población en estado de ignorancia y, con ello, de obediencia


    50. La señora Mao y sus secuaces condenaron la importancia que se estaba concediendo al nivel académico como una forma de dictadura burguesa














































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    dictadura in English

    dictatorship despotism tyranny